¿Cuándo
te volveré a ver? ¿Te volveré a ver? ¿Qué pasa ahora? Te fuiste y yo me quedé
con un corazón roto en pedacitos tan pequeños que no creo que pueda juntarlos
nunca. Obvio que alguno se perdió entre las imperfecciones del suelo.
Merecía
mucho más, ¿sabías? Mucho más que esa despedida que me diste. No pude mirarte a
los ojos, no pude tomar tu mano por última vez. No tuve mi último beso como
para recordar siempre tu sabor. ¿Por qué privarme de eso? No tuve la
oportunidad de retener tu olor en mi memoria, ni repasar las líneas de tu cara,
ni tus arrugas alrededor de tus ojos, ni apoyarme en tus brazos. ¿Para qué?
Sé
que puedo ser dura, irónica, fría, pero ¿es eso suficiente? Puedo tener una amargura muy escondida, puedo ser orgullosa... ¿Por qué irte sin
darme una última palabra? Tomaste mis manos tantas veces y me llevaste a mi casa cuando no podía llegar sola. ¿Por qué me besaste tanto? No entiendo para qué secar tantas veces mis lágrimas si de todas maneras dejaste miles de ellas.
Hasta ahora he funcionado guardando en un sobre hojas
de colores por cada vez que te he echado de menos. Me ayuda a darme cuenta
cuánto me falta para olvidarte. ¿Quieres hacer tu lo mismo?